El Protocolo de coordinación de las actuaciones educativas y sanitarias para la detección e intervención temprana en los trastornos del espectro autista (TEA), publicado en el año 2012 y elaborado por los equipos de Salud Mental de la Consejería de Sanidad y Política Social y por los de Orientación de la Consejería de Educación, Formación y Empleo, establece el proceso de intervención con este tipo de alumnado y, dependiendo de la edad del niño, desde los seis meses hasta más de tres años, establece cómo deben canalizarse los casos sobre los que existe una posible sospecha de TEA.

El proceso de intervención se resume en tres fases: una primera fase de Detección Inicial, una segunda de Diagnóstico y una tercera que comprendería la Intervención, con un tratamiento clínico y educativo, así como el seguimiento del paciente en ambos niveles: sanitario y educativo.

Nosotros, como Equipo Específico de Autismo, actuamos dentro de este proceso, a demanda de los orientadores de los Equipos de Atención Temprana, de los Equipos Generales, de los Centros educativos de Infantil y Primaria (con orientador) y de los Centros de Educación Especial o de los Departamentos de Orientación, en cualquiera de los momentos del proceso de evaluación psicopedagógica o intervención educativa.

Los orientadores, a través del protocolo de derivación (formulario online), pueden solicitar nuestra intervención debiendo completar todos sus campos e incluir la documentación necesaria (informe psicopedagógico, informes clínicos y cualquier otro documento que se considere oportuno para el conocimiento y estudio del caso).

Además de los orientadores, desde la Inspección Educativa o desde el Servicio de Atención a la Diversidad, pueden solicitar directamente nuestra intervención, siempre que el caso o la circunstancia así lo requiera. También desde el ámbito clínico pueden requerir nuestra colaboración.